Ama A Dios Con Toda Tu Cabeza Elizabeth George


Significa, el Señor probó Su amor por nosotros”. El cariño tiene que ser aprendido en el seno del hogar; desde ahí los padres amando a sus hijos tienen que enseñarles lo que significa el cariño como obediencia, respeto, tolerancia, perdón, generosidad, cumplimiento, convivencia, solidaridad, etc. Hay padres que no forman a sus hijos para amar sino para el egoísmo, por consentirlos en forma desaforada, por tolerarles todo cuanto hacen y concederles todo lo que piden. Ojalá que los papás varones no dejen a las mamás toda la tarea de la educación en la fe, que al tiempo es educación en el cariño. Si Jesús tenía estos entendimientos no era por ser Dios, sino como verdadero hombre se dejó educar por su papá, el señor san José. Tenemos la posibilidad de deducir la fuerte espiritualidad de José y su dedicación para educar a su hijo. San José no sólo le enseñó a su Hijo Jesús citas bíblicas, sino lo educó en el cariño a Dios y al prójimo.

amaras a dios con todo tu corazon

Pero Dios no nos abandonó; se hizo uno de nosotros en Jesús para, amando hasta ofrecer la vida, liberarnos del pecado, unirnos a sí mismo, ofrecernos su Espíritu y hacernos hijos suyos, partícipes de su historia por siempre y en todo momento feliz, que radica en querer. Señor, te ofrecemos gracias por tu excelencia y por el hecho de que nos amas, por todos y cada uno de los regalos que nos haces para ser felices y estar en contacto con nuestros hermanos, y por tu amor tan grande porque nos obsequias la vida, y por las ocasiones que nos regalas los momentos más hermosos de convivencia y amor. Oh hermanos y hermanas, lo que más necesitamos en la Iglesia cristiana es un amor más extravagante hacia Cristo. Yo quiero que todos muestre su amor por Jesús, haciendo algunas veces algo que no hayan hecho jamás antes. Recuerdo haber dicho una vez, un domingo en la mañana, que la Iglesia habría de ser lugar para descubrimientos exactamente la misma el planeta. No sabemos cuáles máquinas van a ser inventadas todavía por el mundo, pero la imaginación del hombre está en actividad continua para conocer algo nuevo. De esta forma también la creatividad de la Iglesia habría de estar activa para descubrir algún nuevo plan para ser útil a Cristo.

Retiro Llamados Y Mandados Como Abraham

Si es una verdad antropológica innegable que solo un intensamente amado y contemplado descubre lo mejor que hay en mí, mi yo más verdadero y real, eso se hace especialmente cierto en lo que se refiere a nuestra aptitud y a nuestras formas naturales de amar. El cariño del Señor y el cariño al Señor se dan cuenta en nosotros unas posibilidades novedosas e insospechadas para nuestros amores humanos. Sin la experiencia de ese amor, esas opciones quedan como presas en sí, como imagen de Dios por semejanza, pero no por aproximación; como deseo truncado de Dios. Pero lo que tampoco deberíamos hacer es hundirnos bajo el peso de nuestra constitutiva ambigüedad, o maldecirnos por ella. Cuando nos descubrimos de esta manera, nos queda siempre, y en primer lugar, la oportunidad de emitir esa pobreza extremista nuestra al amor de Dios. Nos queda asimismo, y en segundo lugar, la humilde decisión de intentar que todos nuestros amores humanos ‘desciendan de arriba’, es decir, nazcan de Dios y se articulen en su modo de amar. Dicho de otro modo, que sean homologables con el cariño de Dios.

La realización recíproca de esta necesidad teologal es el ágape. Este amor, referido a Dios o a una persona, transforma la ‘necesidad’ de querer en don de conocimiento y predilección recíprocos”. Pues el cariño, en cuanto que incluye siempre y en todo momento una interrelación, puede decirse que es uno solo, pero es muchos según sea el aspecto que se pone en juego instantaneamente de querer. ¿No vamos a tener ahora, en este primer acercamiento a las formas que toma el amor de Dios hacia nosotros, un modelo divino en el que inspirar nuestras formas humanas de amar, sin que por ello dejen de ser humanas, sino precisamente para que lo sean más? Y, sin embargo, a la visión de tantas crueldades humanas, de tanto desamor, harían falta unas tragaderas muy grandes para aceptar sin más ni más una afirmación de este modo, que el hombre es amor. Habría que matizar que, si el hombre es amor, lo es por vía de semejanza, pero que este dato no incluye que lo sea por vía de aproximación. De hecho, ser imagen de Dios dejó impresa en nuestro ser, sin que nosotros hayamos hecho nada para ello, la semilla del amor.

Amarás Con Todo Tu Corazón: (celibato)

Y uno no puede ser monoteísta en creencia y politeísta de corazón. Jesucristo llevará esta revelación de la ley moral a su plenitud, declarando que la base de toda la ley es querer a Dios y al prójimo. Jesucristo llevará la revelación del Decálogo a su plenitud, declarando que la base de toda la ley es amar a Dios y al prójimo. ¿Si no amamos a nuestro prójimo que podemos consultar 3l0g.com, como podemos amar a Dios a quien no podemos ver? En este momento veamos lo que dice el próximo punto. El segundo es que debemos querer a Dios con nuestras fuerzas. Mostramos nuestro amor hacia Dios con nuestros hechos.

  • No juega \’tira y afloja\’ con Jesús, apretujándolo hoy contra su pecho para entonces ofrecer la vuelta y buscar a algún Dalila a fin de que lo dañe con sus maleficios.
  • No, él siente que es un nazareo para el Señor; no puede ser ni será contaminado por el pecado en ningún momento y en ningún sitio.
  • El amor, solo el cariño puede consumar el sacrificio proveyendo desde el cielo el fuego necesario.

Quizá nos parezca difícil querer a algunos de esos prójimos, por el hecho de que no faltan los que son pesados, los que se portan mal, los que no nos desean, los que no tenemos ganas y los que parecen una carga. Jesús intercede siempre y en todo momento por frente Dios, que es nuestra fortaleza. Fiados en su ayuda, pongamos todo de nuestra parte para querer a Dios con todo nuestro ser y todas nuestras fuerzas, y amar al prójimo como a nosotros.

Amaras A Dios Con Todo Tu Corazon

A partir de ella tenemos la posibilidad de acercarnos a eso que Dios es, ser imitadores suyos, querer al modo como quiere o, por contra, marchar en la dirección contraria, des-aproximarnos de Dios. Lo segundo es compromiso nuestra, pero apoyada en . “La semejanza nos ha sido dada; no posee, no obstante, una conexión necesaria con esa lenta y dolorosa aproximación que es labor elcredocatolico.com nuestra, lo que no quiere decir que sea sin ayuda” (C. S. Lewis). Eso enseña que el hombre sea capaz de lo destacado –ser como Dios– y asimismo de lo peor –ser como el Demonio–, según se aproxime a Dios con esa semejanza natural que le ha sido dada o se aparte de Él.

Leer mas sobre pulsando aqui.

Es así como incluso nuestra debilidad se transforma en gracia. Querer a Dios con todo el corazón y sobre todas las cosas protege a nuestros amores naturales de su tentación inherente a absolutizarse, y de terminar de este modo en ejercicio de dominación y de exclusión. El amor único coloca al resto de nuestros amores en su sitio, no les deja ser dios, no permite vivirlos con una exaltación y autonomía semejantes que les lleve a mil formas de olvido de todo lo demás, o sea, de lo que no cae bajo la franja del propio interés, sentimiento o aprecio. transforma al ser amado en único, pero no excluye a nadie de esa singularidad, no a los contrincantes. Las otras tres maneras de amar no tienen dentro por sí esa virtualidad. Son amores necesitados, es decir, nacidos de una ‘necesidad’ humana que, más allá de que puede transformarse en don que se abre también a el resto, de la misma forma puede terminar en una práctica del amor interesada, egoísta, clausurada en sí. Si trascienden alén de la necesidad, esa virtualidad les viene de otra fuente.

amaras a dios con todo tu corazon

No obstante, entiendo que al decirnos Dios que le amemos también con el alma, está diciendo que le amemos con nuestra vida, con nuestra aliento, pero esto mientras estamos vivos y quiere que también una vez que nuestro cuerpo haya cesado. • Para asumir estos retos de Jesús hay que iniciar, por aceptarnos a nosotros mismos, tal como somos y estamos. Y al mismo tiempo también, admitir la clemencia de Dios, que al amarnos y entendernos en nuestra miseria, nos posibilita tratar a los otros con exactamente la misma generosidad y también incondicionalidad. Sería tarea irrealizable pretender llevarnos bien con todos los otros sin aceptarnos a nosotros mismos y, sin haber experimentado el amor y el perdón de Dios. “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. Con estas expresiones, como apunta Benedicto XVI, Jesús nos enseña que el cariño a Dios no se disminuye solo a los sentimientos, sino incluye nuestra intención y nuestro intelecto.

Mantenerse en la presencia de Dios y volverlo el primero en nuestra vida requiere considerablemente más que un simple deseo, es necesario el sacrificio diario de nuestra vida, tal como explica el obispo Edir Macedo. “Por el hecho de que ese es el género de amor que Dios ha delegado al ser humano. Tan enorme fue Su aprecio por nosotros que debió arrancar dentro de sí a Su Hijo, Jesús, y enviarlo al mundo para padecer por la humanidad.

amaras a dios con todo tu corazon

El punto fuerte de estos amores está en la concreción; su punto débil, en la particularidad y, por lo mismo, en su capacidad de exclusión. “Normalmente, el cristiano se siente como necesidad teologal de saber y querer y de ser conocido y amado por otros seres humanos y por Dios, por medio de Cristo, en el Espíritu.

amaras a dios con todo tu corazon


Deja una respuesta