2) Mantenga sus planes sin apretar. 3) Mira lo que SÍ sabes. 4) Otras voces pueden ayudarte. 5) Sintoniza tus dones. 6) Escucha el susurro del Espíritu Santo. 7) Presta atención a lo que sientes. 8) Presta atención a las puertas abiertas tanto como a las cerradas. ¡Recuerda el 8!